San
José de Calasanz
San
José de Calasanz
José de Calasanz nació en Peralta de la Sal, provincia de Huesca, España, en 1557. Estudió Teología y Derecho en las ciudades de Lérida, Valencia y Alcalá. El 17 de diciembre de 1583, a la edad de veintiséis años, José recibió el sacramento del Orden Sacerdotal.
Con el fin de conseguir una buena canonjía, partió para Roma en 1592 creyendo que sería fácil alcanzar la dignidad eclesiástica deseada; pero pasaron muchos años sin que alcanzara Calasanz lo que deseaba.
Fueron los niños, los niños abandonados, los niños que tenían que trabajar desde pequeños, los niños sin educación, los niños agresivos y violentos, los niños con su niñez herida, los que le sembraron la profunda inquietud que transformaría su vida toda. En 1597, después de haber descubierto una pequeña escuela que funcionaba en la sacristía de una pobre parroquia del Trastévere romano, abrió Calasanz la primera escuela gratuita de Europa. Las Escuelas Pías, como él las llamó, se le fueron metiendo en el corazón, tanto, que cuando al fin le ofrecieron una gran canonjía en Sevilla, él respondió:
«En Roma he encontrado la manera definitiva de servir a Dios, haciendo el bien a los niños pobres, y no los dejaré por nada del mundo».
Desde entonces, dedicó la segunda mitad de su vida a educar a los niños pobres de Roma y a fundar escuelas gratuitas en otros lugares de Europa. Antes de su muerte, había más de treinta y siete escuelas calasancias en Europa. Para asegurar la persistencia de las Escuelas Pías y para favorecer el surgimiento de verdaderos maestros que se entregaran con pasión y vocación a los niños, fundó Calasanz en 1617 la Congregación de los Padres Escolapios.
Fue perseguido por sus ideas renovadoras, por su deseo de educar a las clases marginadas y por causa de las divisiones internas que se dieron al interior de su propia comunidad religiosa.
José de Calasanz, quien como religioso había elegio el nombre de José de la Madre de Dios, murió en la noche del 24 al 25 de agosto de 1648, siendo muy anciano, muy pobre, viendo su obra casi totalmente destruida, pero lleno de esperanza.