Paula Montal

Santa

Paula Montal

Santa Paula Montal de San José de Calasanz nació en Arenys de Mar (Barcelona) el 11 de octubre de 1799, en el seno de una humilde familia de cordeleros.

Santa

Paula Montal

Paula Montal y Fornés nace el año 1799 en Arenys de Mar (Barcelona). Experimente la falta de cultura en la mujer, y se lanza y dedica su vida a crear escuelas femeninas.

Abre su primera escuela en Figueras el año 1829, desde entonces y hasta muy avanzada edad continuará incansablemente abriendo escuelas para chicas, al mismo tiempo que funda, para encargarse de ellas, una congregación religiosa: las Escolapias

Dinamiza, potencia y ejecuta con precisión y profundidad la formación de las primeras escolapias, acompaña con solicitud y fidelidad el crecimiento de la Congregación desde su retiro de Olesa de Montserrat, donde vive en oración y silencio los últimos treinta años de su vida y donde muere el 26 de febrero de 1889, cuando su entrega había llegado a la plenitud.

Su rica personalidad podemos contemplarla desde diversos puntos de mira, diversas situaciones vitales. Destacamos fundamentalmente tres:

M. Paula:

  • Mujer
  • Maestra
  • Escolapia

 Son como el trípode que sostiene el edificio entero de su persona.

Madre Paula es

Mujer

Vivió su realidad de mujer con las carencias y vicisitudes de su tiempo y también con la grandeza y dignidad de su personalidad.

Está convencida del papel insustituible de la mujer en la familia y en la sociedad. Comprende que el primer obstáculo para responder a esta misión, es la escasa o nula preparación cultural que sufre. Con unos medios precarios y en una coyuntura socio-económica convulsa, entrega su vida a la promoción de la mujer, a su capacitación para responder con eficiencia y dignidad a la alta misión que tiene encomendada.

Fue, por tanto, una mujer que conoció las dificultades y trabas que en su época, y aún hoy, encuentra la mujer. Creyó en la igual dignidad del ser humano, sea hombre o mujer, y se negó al conformismo de aceptar, sin más, la marginación femenina.

Paula Montal destaca como mujer y en su obra pone en juego todas sus potencialidades femeninas.

Madre Paula es

Maestra

La vocación educadora de una persona nace en el interior y cuando se vive como regalo, fluye natural y transparente en la docencia de cada día… 

Dicen sus biógrafos que tenía una cualidad innata para educar  a las niñas. Su cercanía, su amor entrañable a las alumnas, su dedicación plena a la educación, hacen de Paula un modelo acabado de maestra cristiana, organizada, responsable, respetuosa con las niñas y con el rigor de la verdad, exigente en la preparación, ordenada en la exposición. 

Ejerció como maestra toda su vida y dejó a las Escolapias, en las normas y reglamentos propios, una manera de hacer clara y sencilla de la mejor pedagogía. El trato exquisito a las alumnas, la participación activa de las niñas en su proceso formativo, la colaboración con las familias, la formación profunda del profesorado, la calidad de contenidos, lo ambicioso de la formación integral que propugnaba, no son sólo elementos actuales, sino los caracteres propios y genuinos de la pedagogía de Paula Montal, puestos en práctica desde el año 1829.

Madre Paula es

Escolapia

Paula Montal quiso siempre ser maestra, promocionar a la mujer. Cuando  ya llevaba varios años en la brecha, encontró y reconoció en sí misma una sintonía total con la obra calasancia. Paula Montal se identificó con ella  y tuvo la nobleza y la sensatez de querer para su congregación la misma espiritualidad y constituciones de Calasanz. Le interesa, sobre todo, llevar a cabo su objetivo concreto y preciso de  educar a las niñas para: «Salvar las familias…» (ayudarlas a crecer,) y cuando comprende que son un medio adecuado para realizar su proyecto, las acepta sin titubeos.

Vivió y luchó para que su Instituto fuera un reflejo fiel de la Escuela Pía. Quiso con obstinada obsesión ser Escolapia, porque así se cumplía, en plenitud, esa llamada precisa de Dios a «Salvar las familias enseñando a las niñas…».

Síntesis

Cronológica

La vocación educadora de una persona nace en el interior y cuando se vive como regalo, fluye natural y transparente en la docencia de cada día…

Dicen sus biógrafos que tenía una calidad innata para educar a las niñas. Su proximidad, su amor entrañable a las alumnas, su dedicación plena a la educación, hacen de Paula un modelo acabado de maestra cristiana organizada, responsable, respetuosa con las niñas y con el rigor de la verdad, exigente en la preparación , ordenada en la exposición.

Ejerció como maestra toda su vida y dejó a las Escolapias, en las normas y reglamentos propios, una forma de hacer clara y sencilla de la mejor pedagogía. El trato exquisito a las alumnas, la participación activa de las niñas en su proceso formativo, la colaboración con las familias, la formación profunda del profesorado, la calidad de contenidos, el ambicioso plan de la formación integral que propugnaba, no son sólo elementos actuales, sino los caracteres propios y genuinos de la pedagogía de Paula Montal, puestos en práctica desde el año 1829.

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